Es probable que hayas oído hablar del escáner 3D o que incluso hayas visto alguno, pero probablemente no conozcas su funcionamiento. A continuación te presentamos las claves necesarias para entender cómo funciona un escáner 3D, cuáles son sus características principales y con qué funcionalidades cuenta, de la mano de los mejores expertos.
Análisis del funcionamiento de un escáner 3D
Lo primero que debes conocer para entender cómo funciona un escáner 3D es que el escaneo láser se compone de dos tipos de información, que fusiona para crear una especie de nube de puntos en la superficie de un objeto. Para ello usa los datos de un tipo de sensor variable según el tipo de escáner, aunque normalmente es una cámara en movimiento o dos cámaras fijas, y los combina con los datos de un láser que se enfoca brillando sobre el objeto que va a escanear.
A partir de aquí, el escáner 3D incorpora un software capaz de digitalizar cualquier objeto que fusiona todos estos datos usando la distancia existente entre la fuente del láser y la posición de la cámara para poder generar los puntos de cualquier tipo de objeto. En caso de que te interese especialmente empezar a realizar tus propias prácticas con un escáner 3D te recomendamos revisar impresoras10.top/mejores-escaner-3d/ para poder encontrar distintos modelos y valorar las características principales que incorporan los diferentes tipos de escáneres. Dependiendo de tus necesidades y del uso que vayas a darle (personal, profesional, investigador…) podrás encontrar opciones con más o menos funcionalidades que te permitirán conseguir digitalizar todo tipo de objetos, e incluso poder modificarlos después digitalmente para imprimirlos a continuación y obtener réplicas u objetos nuevos si cuentas o tienes acceso a una impresora 3D de la mejor calidad.
Para construir la geometría 3D mediante un escaneo láser es fundamental detectar de forma eficiente hacia dónde se dirige la línea láser en todas las imágenes que captura la cámara en el escaneo. La línea láser es normalmente el píxel que más brilla en cualquier imagen, aunque en ocasiones se pueden capturar otras fuentes de luz. Del mismo modo, con un escáner estacionario es posible diferenciar la línea láser de las demás fuentes de luz al activar o desactivar el láser, con lo que resulta posible diferenciar esta línea y otras luces durante los escaneos de forma sencilla.
De esta manera, en un escaneo 3D se capturan muchísimos (miles) puntos individuales. Además, como sucede con las cámaras normales, cabe reseñar que los escáneres láser solamente pueden capturar aquello que se encuentra en su campo de visión.
Es por esto que los puntos capturados registran absolutamente todo: la textura, los colores, los detalles de la superficie, etc. Y es de este registro del que se sirven para poder crear una representación directa y eficiente de cualquier objeto que se haya escaneado. Además es importante tener en cuenta que las nubes de puntos no son objetos digitales herméticos hasta que no se enredan en superficies todos sus puntos. De esta forma, el proceso de mallado del escáner 3D es el que se encarga de calcular cómo deben relacionarse los diferentes puntos capturados entre ellos para poder unirlos en diferentes superficies.
Así, los escáneres 3D permiten convertir el mundo físico, con cualquier tipo de objeto, en una réplica digital que después podrás modificar como prefieras y reproducirla de nuevo en una impresión 3D. Esto es interesante por tanto para conseguir recambios de piezas rotas como para realizar regalos diferentes y originales, o para muchos otros fines particulares y profesionales. Sin duda los escáneres 3D permiten escanear e imprimir todo tipo de objetos y también modificarlos o directamente cambiarles el tamaño para adaptarlos a nuestras necesidades.
A nivel práctico, para usar un escáner 3D, las opciones más eficientes y portables permiten sostenerlos de forma horizontal o vertical incluso con una sola mano, e ir moviéndolos cómodamente alrededor del objeto que queramos escanear de forma constante para conseguir realizar el escaneado de forma eficiente. Es importante mantener una distancia de entre 10 y 70 centímetros con el objeto, dependiendo del tipo de escáner que estemos utilizando. Cuando ya se obtienen las imágenes del objeto desde distintos ángulos y tiene lugar el proceso de mallado, es posible consultarlas en un dispositivo electrónico e incluso editarlas según nuestras necesidades, para realizar diferentes modelos, contar con una reproducción digital totalmente fiable del objeto, copiarlo o directamente incluirle modificaciones y poder imprimirlo después con una impresora 3D para conseguir un objeto totalmente diferente o con algunos de los cambios que le hayamos introducido.